lunes, 4 de noviembre de 2013

Las alabanzas y las críticas, hay que saber cuándo, cómo y a quién darlas

El corazón y el intelecto no tienen las mismas exigencias, cada uno debe ser alimentado de forma diferente, y cada uno debe, por tanto, ejercitarse también de forma diferente. Los artistas en quienes el corazón, la sensibilidad, están particularmente desarrollados, necesitan ser animados. Sufren particularmente con la crítica. ¡Cuántos artistas murieron por haber sido incomprendidos!

 Al contrario, ser objeto de críticas refuerza a los pensadores y filósofos, porque el intelecto progresa a través de las dificultades y los obstáculos. Siempre está dispuesto a busca nuevos argumentos, nuevas soluciones, necesita ejercitarse y la crítica le proporciona numerosas ocasiones para hacerlo, no le dan miedo los enfrentamientos, está construído para resistir.  Mostrad, pues, a los artistas que sabéis apreciarles, felicitadles, pero no aplaudáis demasiado a los intelectuales.

 Las alabanzas y las críticas, hay que saber cuándo, cómo y a  quién darlas

OMA

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